Siempre que leo este evangelio recuerdo las
palabras de un amigo que dice que Jesús no viene a dar otra vuelta de tuerca a
la ley. La plenitud de la que habla Jesús es la Gracia. Es el Amor de Dios que
se ha derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
El amor de Dios que siempre nos precede y se da sin medida. Nuestra ética cristiana
es la respuesta a ese amor. No amamos para ser buenos, por se buenos, sino
porque Dios, siendo como somos, nos ama. Y por cierto, ese Amor de Dios es ese
fuego que devora y que muestra que es el Señor, porque nadie nos ama como Él.
Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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