María alaba a Dios porque se complace en ella,
porque se siente profundamente amada por él. Esto es lo que Sofonías anuncia
con mucha fuerza: “alégrate porque el Señor se complace en ti”. ¡Cuánta falta
nos hace experimentar esta complacencia de Dios por cada uno de nosotros! Ayer
hablaba con una madre de mi parroquia que se confesó el sábado con su hijo y no
lo hacía desde años. Y me dijo sonriendo: “estuvo bien”. Me puse pesado
ciertamente con los padres con que se tenían que confesar. Y es que cuando
sabes la medicina que alguien necesita no paras hasta que se la tome. En este
año de la Misericordia seamos apóstoles del Sacramento del Perdón, seamos
valientes y hablemos de lo bueno que es. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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