La queja es un síntoma muy claro de que algo no está bien dentro de
nosotros. Analiza de qué te quejas, de quién y cuándo. No quiero decir que no
tengamos que ser críticos y ser borregos, nada de eso. Me refiero a la queja en
las relaciones interpersonales, en los grupos y comunidades. Cuando estoy bien
conmigo mismo, me quejo menos. Cuando mi autoestima está baja suelo escudarme
en el perfeccionismo y darle caña a los demás. ¿Has escuchado alguna queja de
los labios de Dios? No, teniendo motivos infinitos Él no se queja porque su
paciencia es infinita. Nosotros no tenemos su paciencia pero sí estamos
llamados a cultivar una sana autoestima que nos haga menos quejicas y más
pacientes. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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