Volvemos al tiempo ordinario
terminada la Pascua y la Palabra no pone ante lo que ordinariamente sucede
entre nosotros: las luchas por el poder que se dan en todos los ámbitos de la
vida y que tanto cansancio producen al alma. Nos pasamos la vida apagando
fuegos encendidos por el enemigo que no quiere sino dividir. El Espíritu es
comunión y es verdad. Construye la
comunión desde la verdad de cada uno. La verdad de cada uno es la miseria que
dice el Apóstol Santiago, esa que a Dios no podemos ocultar. Os invito hoy a
desnudarnos antes él como niños y mostrarnos tal y como somos con nuestra
vulnerabilidad. Que Él nos haga
instrumentos de su paz. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario