Ayer escuchaba en una tertulia
que la gente lo que quiere es que los políticos solucionen sus problemas. Jesús
se preocupa de lo que van a comer los que lo siguen. Se fija en sus necesidades
más primarias. Pero aprovecha esta circunstancia para realizar un signo que
habla de una necesidad más profunda. En el desierto contestó a la tentación: “no
sólo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. La
multitud se queda en el plano primario (le han llenado el estómago) y reacciona
de forma primaria queriendo proclamarlo Rey. Jesús respondía al pragmatismo político. Pero
el alimento que él ofrece es ese que los discípulos, una vez resucitado no
dejan de repartir en el Templo y por las casas: la buena noticia de su
salvación. Qué pan repartimos nosotros. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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