Seguimos con la libertad. Esas palabras de Pedro y
Juan ante el tribunal han resonado siempre en mi mente desde hace muchos años.
Son una expresión perfecta de lo que significa la libertad de conciencia.
Estamos sometidos a la autoridad humana en todo aquello que no vaya en contra
de nuestra conciencia, en contra de lo que Dios nos manda. Es lo que llamamos
objeción de conciencia. Un derecho que no siempre es respetado. Se dan muchos
atropellos a la misma en el mundo de la sanidad y se van a dar en la enseñanza
con la imposición de la ideología de género. Muchos docentes se ven obligados a
enseñar y actuar en contra de su conciencia. Conozco profesionales que por no
violentar su conciencia en un caso de corrupción han perdido su puesto de
trabajo. ¿Hasta dónde somos libres nosotros? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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