Ayer orábamos sobre la libertad de los que nacen
del Espíritu, que son como el viento. Vemos hoy en los Hechos de los Apóstoles
que la Palabra de Dios no puede estar encadenada. El Ángel del Señor acampa
junto a sus fieles y los protege. Ayer leía que en Siria las Iglesias están
abarrotadas. Allí los masacran, aquí pretenden que nos metamos en las mazmorras
y no hablemos. El Señor nos manda hoy salir y explicar íntegramente nuestro
modo de vida. La luz que hemos recibido no se puede esconder, muchos están
esperando el anuncio de este Dios que tanto amó al mundo. Feliz día y
bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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