viernes, 1 de abril de 2016

ECOS DE LA SEMANA SANTA

ECOS DE LA SEMANA SANTA
El Miércoles Santo me hice un corte en el pulgar derecho y no pude teclear durante unos días. Me vino bien no encender el ordenador y ayunar un poco de mi vida internauta. Comparto hoy, después de unos días de Pascua ajetreados los ecos que la Palabra de Dios dejó en mí. La Palabra de siempre de la Semana Santa pero leída desde la perspectiva del Jubileo de la Misericordia.
El Jueves Santo me fijaba en el gesto de lavar los pies que implica agacharse. Y recordaba que alguien había dicho que la Misericordia es el amor de Dios que se agacha. Dios no se ahorra lo que haga falta para buscarnos y encontrarnos y se agacha hasta límites insospechados para convencernos de que nos quiere. Pensábamos hasta donde estamos nosotros dispuestos a agacharnos ante los demás. Pensábamos con quién concretamente lo íbamos a hacer con el perdón en esos días.
El Viernes Santo, después de releer la “Misericoridiae Vultus”  prediqué que la Misericordia no es una idea bonita, un principio moral, que para nosotros tiene un rostro concreto y ese rostro es Jesús, y sobre todo durante la Pasión. Nos parábamos a recordar quienes han sido en nuestra vida rostro de la Misericordia de Dios y para quienes hemos sido nosotros ese Rostro. Yo compartía mi experiencia en el sacramento de la Reconciliación. Y nos planteábamos quien necesitaba en esos días que nosotros fuésemos rostro de la Misericordia.

En la Vigilia Pascual las letras de colores que formaban la palabra MISERICORDIA que durante la Cuaresma habían ido colocándose ante el altar, estaban ahora colgadas sobre el sagrario y bajo la cruz. La Misericordia en Pascua está exaltada. El crucificado ha resucitado. Nos fijábamos en la lectura de Isaías que dice que la Ira del Señor dura un instante, pero su misericordia es terna. Ese instante es como una palmada, no es más. En cambio el amor de Dios es para siempre. Ese “para siempre” es el amor que de verdad deseamos y sólo lo podemos encontrar en Dios.  FELIZ PASCUA A TODOS.

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