lunes, 7 de marzo de 2016

SEMANA CUARTA CUARESMA CICLO C DOMINGO

Este domingo la Palabra nos habla de comer. En el Evangelio hay una fiesta con un ternero cebado. Los Israelitas celebran la Pascua al estar en la tierra prometida y comen oro primera vez de los frutos de la tierra. En el Salmo hemos repetido "gustas y ved que bueno es el Señor".  Nos habla de sentido del gusto, el sentido relacionado con la comida. Unos de los sentidos más complicados y que más nos hace sufrir.  Unos más que otros tenemos sabores que nos disgustan. Es curioso que lo que nos nos gusta suele estar asociado a alguna experiencia negativa. Por mucho tiempo no he podido comer morcilla porque una vez estuve enfermo por un atracón. Muchas personas piensan que No les gusta Dios sin haberlo probado, otras dejaron de gustarle por alguna mala experiencia.

Dice San Pablo que somos enviados para la reconciliación. Nosotros hemos gustado a Dios y sabemos lo bien que sabe. Somos enviados para ayudar a otros a descubrir o recordar su sabor. El hijo menor recordaba lo bien que se come en la casa de su Padre. Es el hambre y el anhelo de los manjares lo que lo pone en camino. Hay tantos que se han acostumbrado al "choped" que ya no aprecian el jamón ibérico que les ofrecemos. Se han acostumbrado al Gua de los charcos que ya no se acuerdan del sabor del agua fresca que es Jesús. Somos enviados a recordarles o ayudarles a descubrir el sabor de la ternura del Padre.


Porque el Padre del Evangelio de hoy es un padre con entrañas maternas. En la traducción nueva que proclamamos por fin pone que al Padre se le conmovieron las entrañas. Esas entrañas son las entrañas maternas. Este Padre ama con misericordia entrañable. El término misericordia en hebreo viene de la raíz de la palabra "HESED" entrañas maternas. Hay tanta falta de ternura en nuestro estilo de vida. Ayer veía el rostro de un niño muy pequeño en régimen de acogida y también se me removieron las entrañas. Dejemos que se nos remuevan, acojamos con ternura, dejemos que el pan tierno de la Eucaristía sane nuestro gusto espiritual y no olvidemos nuestra misión. Para ver las lecturas pincha aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario