lunes, 1 de febrero de 2016

SEMANA CUARTA TO CICLO C DOMINGO

Comparto lo que la Palabra de este domingo me sugiere. He estado en un curso sobre afectividad y precisamente lo que aprendemos a trabajar es la sanación de las heridas afectivas con el amor. Las heridas son la huella que deja en el alama la falta de amor. Y eso no se cura con otra cosa con el amor. Desde el seno materno somos sostenidos por Dios, y ya desde el seno materno algunas personas sufren el rechazo de sus padres. Con los años descubres que no fuiste deseado yo que supusiste para tu familia una carga no acogida.  Las mayores heridas son las que se sufren entre los tuyos. Como Jesús que no es aceptado por “los suyos” los de Nazaret y su propia familia.  Encontrarte en la vida con que antes que nadie, antes que todo, en tu existencia Dios te amaba, es vital. Para Dios todos, absolutamente todo ser humanos, es amado con amor de predilección. PRE – Dilección. Amor siempre previo, siempre primero. Desde ese cimiento podemos construir la necesaria autoestima para vivir.

Me he fijado en el refrán que Je´sus cita “Médico cúrate a ti mismo”. Me ha recordado a lo que Jesús escuchó en la Cruz: “sálvate a ti mismo”. Es la gran tentación. Es la gran mentira en la que vive nuestro mundo hoy más que nunca. “Vive para ti – ve a tu avío – sálvate tú y que cada uno se busque la vida”. Esta es la salvación que ofrece la New Age, el Reiki y todas las demás técnicas aparentemente inofensivas que tan de moda están. Jesús nos enseña que te curas amando, curando a los demás. Si buscas tu propia curación te autodestruyes, si vives en el Amor, la Caridad, te curas. Esto es una gran verdad que Él nos enseña desde la Cruz. Y esta gran verdad es contracultural y revolucionaria siempre. Pero el Señor nos dice que no tengamos miedo, que nos ciñamos los lomos, que él nos hace plaza fuerte… tenemos una gran Misión. Vamos a ellos. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí. 

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