El gran David que ayer oraba ante su “Dueño y Señor”
hoy lo vemos preso de la pasión. Manejado como una marioneta por el pecado. Así
de vulnerables somos. Capaces de lo mejor y de lo peor. Pero el Reino de Dios,
sembrado en el corazón de los hombres y mujeres de nuestro Mundo sigue
creciendo. No permitamos que nuestros ojos se fijen sólo en la cizaña. El amor
es más fuerte, siempre más fuerte. Hoy es viernes y miramos a la cruz y vemos
ahí la semilla que cae en tierra y muere. En nuestra vida y en la historia lo
pequeño tiene poder para romper la dureza de la tierra oscura y dar vida. Alabemos
por lo pequeño que hay en nosotros y crece sin parar. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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