martes, 2 de febrero de 2016

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

Jesús fue ofrecido en el Templo a Dios como todos los niños primogénitos de Israel.  En ese caso no fue ofrecido en sacrificio, fue rescatado por un par de pichones.  Este momento de su vida es un anuncio de otra ofrenda y de otro sacrificio que no tendrá nada de litúrgico ni ritual. Me refiero a su muerte en la cruz. Jesús hizo de su ejecución un sacrificio de amor. Él no era sacerdote del Templo de Jerusalén pero inauguró un nuevo sacerdocio existencial en el que participamos todos los bautizados, todos consagrados a Dios.  Todos podemos ofrecer día a día pequeñas y grandes cosas por los demás. No se trata de inventar sacrificios, sino de hacer ofrenda de amor lo cotidiano que se nos va presentando. Un rato de estudio, unas horas de trabajo, algo que tengo que hacer y no me agrada…  podemos ofrecerlo por alguien en concreto o por un colectivo. No vemos el fruto inmediato pero estoy seguro de que eso sirve para mucho, para bien. Hacer de la vida una ofrenda de amor, grato perfume para el Señor, es en definitiva amar y ese es el sentido de nuestra vida. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario