Estamos retomando el precioso ritmo de la
normalidad en el año nuevo. Conforme me hago mayor me gusta más la rutina.
Cuando era un niño lloraba al cavarse la navidad y recoger los adornos y el
nacimiento. En los medios se habla de los propósitos para el nuevo año. ¿Cómo
pensamos nosotros los cambios en nuestra vida? En el Evangelio Jesús cambia de
ubicación al sentir en la nuca el aliento del perseguidor. Nos dice San Juan
que tenemos que discernir los espíritus. No todas las ideas que se nos ocurren
o pasan por la cabeza vienen de Dios. Antes de tomar una decisión, hemos de
orar y consultar a otros. Seguro que Jesús tomó esa decisión después de orar
mucho. Si te ronda alguna novedad discierne primero. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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