Que preciosidad levantarnos por la mañana y
escuchar esta lectura del Cantar. Esa voz del amado llamándonos, invitándonos,
con cuánta delicadeza nos seduce. Tenemos un Dios que es un verdadero seductor,
lo que hace falta es que nosotros nos dejemos seducir. La semana pasada ha
estado llena, muy llena de encuentros con personas heridas y con problemas. Las
repaso ahora en la oración y le pido al Señor que puedan escuchar esa voz
enamorada que los llama. Descubro que también yo tengo que hacer un camino como
María para llevar la alegría a estos hermanos. No me quiero quedar a mitad de
camino. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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