Me he levantado con la cabecita programadora.
Estaba pensando en la programación del curso. Pasaban por mi cabeza eventos y
fechas que ya tengo previstas. Cuando me pasa esto veo el futuro como algo
cierto ciertísimo. No se me pasa por la cabeza ni remotamente que eso no pueda
llegar. El “Dios mediante” no entra en mis cálculos. No vivo como el criado canalla, como si Jesús
no fuera a volver nunca, pero tampoco le concedo el Señorío que le pertenece
sobre el tiempo y mi vida. Con el salmo le digo a Dios: “enséñame a calcular
mis años”. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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