Las palabras de Pablo en la primera lectura están
cargadas de verdad y de libertad. Su ministerio es verdadero, no busca
contentar a los hombres, no usa de engaños, su amor por ellos es verdadero. No
ha buscado honores de los demás, a pesar de la fuerte oposición ha predicado,
actúa con plena libertad. Y me llama la atención sobre todo su deseo de
entregarles su misma persona. Recuerdo a mi director espiritual en Salamanca,
Luis María me miraba a los ojos y me decía “quiere mucho a la gente”. Y esto es lo que cuenta. Hace un rato
preparaba un informe al compañero que me sucede en una parroquia. Lo que cuenta
es el amor que haya dado “apoyado en Dios”. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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