El mar es protagonista de la Palabra de este
domingo. Ahora dominamos el mar. Cuando se escribía la Biblia se pensaba que
era algo inhóspito, inabarcable… por eso representa a la muerte, la oscuridad
de nuestra existencia, lo que no dominamos, lo que nos da miedo, lo que nos
aterra… Y en medio del mar una barca y en ella Jesús. Se trata de la Iglesia. A
veces pasa por etapas de convulsión, de tormenta, y parece que se la van a
tragar las olas y se va a hundir. Cuando pensamos eso es que nos falta fe. Hoy
hablaba con una catequista de la falta de vocaciones. Mi Diócesis está
adentrándose en un mar embravecido y estamos a punto de cambiar de Obispo. Cuando
pensamos así y nos dejamos llevar por nuestros miedos es que nos falta fe. Nuestra
relación con Jesús es débil, no lo conocemos bien, no lo tratamos lo suficiente
como para confiar de verdad. Si Jesús va con nosotros no podemos hundirnos.
Necesitamos por eso una experiencia diaria y cotidiana de su presencia. Un solo
día sin relación con Él, viviendo de las rentas es como una barca que se aleja
de la orilla. Si no dejamos que se suba cada día Jesús en esa barca somos una
barquita débil a merced del oleaje. Ser
cristiano es navegar en una barca grande con muchos en la que va Jesús. Al que
como dice la segunda lectura no juzgamos según la carne. Es decir, no lo
valoramos según los criterios de este mundo. ¿Dónde podría presentar Jesús su
currículum de crucificado y resucitado? ¿Quién es este? Nos rompe los esquemas,
no podemos clasificarlo. Desde que conocemos a Jesús tampoco valoramos a los
demás según la carne. Cada persona vale el mundo entero. Termino con unas
frases de “Laudato si” : «¡Qué maravillosa certeza es que la vida de cada
persona no se pierde en un desesperante caos, en un mundo regido por la pura
casualidad o por ciclos que se repiten sin sentido! El Creador puede decir a
cada uno de nosotros: «Antes que te formaras en el seno de tu madre, yo te
conocía» ( Jr 1,5). Fuimos concebidos en el corazón de Dios, y por eso «cada
uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es
querido, cada uno es amado, cada uno es necesario» Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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