“Sal de ti, sal de ti”. Es lo que oigo al orar con esta Palabra. Como
Abraham sal de tu tierra, sal de tu proyecto, de tus planes, de allí donde te
hayas instalado… pero leyendo el Evangelio sobre esta enseñanza magistral de la
proyección psicológica también siento: sal de tus esquemas mentales, de tus
esquemas defensivos forjados a base de proyectar en los demás tus propias
fobias, complejos, pecados… sal de ti y emprende un camino nuevo de libertad
por caminos insospechados de sanación. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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