Este año me ha tocado vivir el día de Pentecostés en una mesa electoral.
Es una fiesta de la democracia y la participación. Pentecostés es también la
fiesta de la democracia espiritual. En el Antiguo Testamento el Espíritu Santo
se daba sólo a algunos elegidos para una misión concreta. En Pentecostés se empezó
a cumplir la profecía de Joel de que el Espíritu se derramaría sobre toda
carne, es decir, sobre todos. El Don del Espíritu es un regalo para todos. Todos
en Jerusalén escuchaban en su lengua materna hablar de las maravillas de Dios. Para
todos: judíos y griegos, esclavos y libres, sigue siendo la oferta de la
efusión del Espíritu Santo. No es para
los privilegiados, ni los fuertes, ni los formados, ni los de un movimiento de
la Iglesia…
Ayer fue un día muy intenso con el día Alpha y la Vigilia de
Pentecostés. Estoy tratando de identificar
la resaca con la que me he levantado, porque ciertamente ayer fue una auténtica
borrachera de Espíritu Santo. Ayer lloré
de emoción con los matrimonios que con las manos unidas renovaban su SÍ y
pedían al Espíritu Santo que encendiera de nuevo el amor de su sacramento. Con
ellos renovaba mi SÍ sacerdotal y mi donación total a Dios mediante mi
celibato. Cuanto más te das, más entregas, más Espíritu Santo recibes, cuanto
más te vacías, más puedes llenarte.
Me doy cuenta de que el Espíritu de Dios sigue actuando de forma
discreta en la vida de las personas, de muchos que hace un año si les contamos
los que vivimos ayer no se lo creen. Ayer escuchaba algunos testimonios. Una
chica que después de 20 años volvía a hablar con su tío hermano de su padre.
Precisamente ese familiar ahora pasaba por una mala racha y necesitaba ayuda.
Otra hermana contaba como la enfermedad le ayudó a descubrir a Jesús y otro
tercero contaba como hace una año le diagnosticaron un cáncer que sorprendente
ha desaparecido gracias a la oración de muchos.
Y muchos más que han descubierto a un Dios personal que los conoce con
su nombre y los ama. No estamos escritos
en un censo sino en el corazón de nuestro Padre que nos deja libertad para
escoger su amor y optar por él. En este
día de elecciones renovemos nuestro SÍ por Él. Feliz Pentecostés y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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