“El sentido de la vida ¿Cuál es?” Es una de las
canciones del “La Misa de la Alegría” la respuesta es bien sencilla: “TU FE”.
Trata de imaginar tu vida sin fe. ¿Qué haría hoy? ¿Cómo sería tu futuro? ¿Cómo
sería tu muerte? Que diferente sería todo ¿Verdad? A veces perdemos de vista lo
afortunados que somos teniendo fe, o dejándonos poseer por ella. Cada instante
vivido tiene un sentido un ¿para qué? y la vida en conjunto tiene un “hacia
dónde”. Yéndose a Jesús irse, mirando al cielo, vemos la meta de nuestra
existencia, el CIELO.
Porque queremos ir al cielo ¿no? Me gusta
preguntarlo en las Eucaristías de la Ascensión. Hoy lo volveré a hacer en unas
primeras comuniones. Las caras de la gente ante esta pregunta son un poema. A
algunos esta pregunta se les atraganta porque no tienen ese espíritu sabiduría y
revelación para pensar en esas cosas. Los problemas cotidianos más o menos
graves a mucha gente le impiden mirar al horizonte. Otros empeñados en
disfrutar a tope de esta vida viven muy apegados al suelo y prefieren no pensar
en el cielo que claro, implica que esta vida se acaba.
Pero el cielo empieza ya aquí, si tenemos una
relación con Jesús en la oración, la Biblia, la Eucaristía, el sacramento del
Perdón, el amor a los pobres, ya empezamos a vivir en el cielo. Y eso se nos
nota, se nota en nuestro rostro, nuestra forma de tratar a los demás, de
afrontar los problemas. Y se contagia. La mejor manera de evangelizar, de ser
testigos es mostrar a los demás el gozo de nuestra relación con Dios, lo que
nos llena y nos aporta esta relación. Los demás dicen “yo también quiero”. ¿A
quién le vas a dar testimonio hoy del cielo? Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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