Bueno, después de una semana con
otro ritmo vuelvo a mi querida rutina. Y después de un fin de semana de
Pentecostés lleno de regalos del Espíritu Santo, la Palabra de hoy me planta en
la cara: ¿y tú qué le ofreces a Dios? Predicando, a veces digo que le damos a
Dios la calderilla de nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestro cariño… llevo un tiempo
experimentando en mis propias carnes lo que es donarse totalmente a Dios y no
tiene color la vida de esta manera. Cuanto más te das más te llenas. Con el
Espíritu Santo que se nos sale por los bordes ofrezcamos un sacrificio generoso
de alabanza a Dios. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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