Mientras oro con esta Palabra suena “Christe Lux
Mundi” de Taize, el que te sigue tiene la luz de la vida. Seguir a Jesús en el
lenguaje de San Juan es «guardar su palabra».
Ayer predicaba con mucha fuerza el cambio que supuso para Saulo encontrarse
con Jesús. Una luz celeste los envolvió. Cuando escuchamos cada día la Palabra
no caminamos en tinieblas, una lámpara ilumina nuestros pasos en los días
oscuros, y otros días son despejados de claridad inmensa. Pero no es una luz
exterior sino interior. Porque como dice Jesús, el Padre y Él hacen morada en
nosotros por el Espíritu Santo. Experimentamos que somos habitados por Dios,
por su luz gozosa que rompe las tinieblas de la noche. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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