En la carta a los Hebreos, en un tono muy sacerdotal,
parafraseando el salmo que hemos rezado dice “me diste en cuerpo”, el cuerpo
que Jesús ofrece como sacrificio, la carne yla sangre que entrega. Y me he acordado
que el lunes, forcejeando para meterme debajo de la Virgen del Rocío, uno de
los almonteños me agarró y otro dijo “no lo toques que es santo”. Esa frase se
me ha quedado grabada, mi cuerpo es sacerdotal, el día de mi ordenación mis
manos fueron ungidas. He hecho donación a Jesús de mi cuerpo con sus sentidos,
sus manos, ojos, boca, oídos… no es un maniquí sobre el que se coloca el alba y
la casulla, soy entero del Señor, doy gracias a Dios por haberme hecho hostia
viva. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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