Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Ayer
fue uno de esos días en la vida en que te tomas en serio estas palabras.
Escuché la palabra “prohibido” de un superior y tuve muy claro que obedezco
antes a mi conciencia que al superior, me cueste lo que me cueste. Esta
libertad es peligrosa, a los que mandan les pone muy nerviosos y como dice la
Palabra “tratan de acabar con ellos”. Yo
ayer me sentía como dice el trozo que leeremos mañana: “muy contento de haber
sufrido aquel ultraje por Jesús”. La
libertad tiene un gustillo… es como el sexo que cuando lo pruebas repites ¿Te
has sentido así alguna vez? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario