Hace un rato desayunaba con la noticia de la muerte
de un banquero muy importante, un hombre muy rico. Lo primero que he pensado es
que su banco y todo lo que tenía se han quedado aquí. Se va de este mundo
desnudo. Este mundo, que como dice San Pablo, su representación se termina. Por
eso todo es relativo y si tenemos fe vivimos cada día como si fuera el último. Y
elegimos en la vida aquello que no nos aparta del camino seguro y pensamos en
lo que nos gustaría ser cuando nos llegue el momento de la muerte, cómo nos
gustaría ser recordados. Algunos días conviene ponerse así de trascendentales.
Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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