Otros años, bastantes, este día de la Pascua yo andaba
camino del Rocío, pero este año no ha podido ser. Y recuerdo las sensaciones
del camino. Esas experiencias en las que estás “fuera del mundo” viviendo unas
jornadas no cotidianas. Pero lo de cada día es estar en el mundo, en nuestro
trabajo, la familia, la parroquia rodeados de lobos, percibiendo en el cogote
la respiración del mundo que nos odia. Tenemos la tentación de retirarnos
completamente del mundo, vivir en la nubes, hacer de la comunidad un refugio…
pero no, Jesús no envía al mundo y lo hace consagrados en la verdad, con el sello
de lo auténtico. Tenemos a Jesús intercediendo por nosotros sin parar
¡Adelante! Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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