El martes pasado, como estaba pachucho estuve
viendo capítulos de una serie sobre Roma, bastante cruda y realista. Me he
acordado ahora al leer la Palabra. Contemplaba la vida de Pablo con Aquila y
Priscila en Corinto en contraste con la vida de los demás ciudadanos. La vida
entonces era muy oscura y triste. Se notaba que faltaba la luz y la alegría del
cristianismo. Ellos pensaban que vivían con alegría pero en el fondo ahogaban
su tristeza en el maremágnum cotidiano. ¿No notamos también nosotros ese
contraste con el mundo, entre su alegría de cartón piedra, de lona de feria
efímera y la nuestra que es eterna? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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