Sigo con la clave de la Cuaresma de la pobreza de
Jesús que nos enriquece. Hoy vemos a Jesús lavando los pies, haciendo la labor
de los esclavos. Para que no novelemos el hecho los vamos a ver esta tarde en
todas las Iglesias del mundo. Es un signo muy elocuente y que a mí cada año me
impresiona. Ha habido años en los que incluso el gesto ha estado cargado de
profundo sentido al lavarle los pies a personas significativas, incluso
personas con las que he tenido problemas, personas a las que nadie estaría
dispuesto a lavarle los pies.
El otro gran signo es el de la Eucaristía. Jesús se
empobrece hasta ser alimento para ser comido y bebido. Ya al final del siglo
primero algunos cristianos comenzaron a escandalizarse por esto, lo vemos en el
evangelio de San Juan. Muchos hermanos nuestros de otras tradiciones cristianas
no pueden aceptar esta kénosis del Hijo de Dios "Cómo va a ser Jesús un
trozo de pan". Jesús se empobrece hasta donde haga falta con tal de enriquecernos.
el quiere ser carne de nuestra carne.
Pues "no nos cerremos a nuestra propia carne".
Es una de las palabras que hemos escuchado en la Cuaresma invitándonos a la
limosna. Se habla de que la crisis empieza a remontar ¿Olvidaremos la lección y
volveremos a querer vivir por encima de nuestras posibilidades? ¿dejaremos de
compartir de llevar una vida más sencilla para otros sencillamente puedan
vivir? Los que celebramos la Eucaristía asistimos constantemente a esta escuela
de la pobreza y no podemos olvidarlo. Entramos en esta dinámica de la
fraternidad y de la solidaridad cristianas que nacen de los planes de Dios, no de
los de los hombres. Feliz jueves Santo y Bendiciones.Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario