Hoy podemos empezar por preguntarnos si reina o no
reina Jesucristo. Si echamos una mirada a nuestro entorno y al mundo
globalizado ¿es Cristo la Cabeza? ¿Acampa el mal a sus anchas? ¿El bando de
Jesús huye en desbandada? Nada de eso, de esto segundo quiero decir. Así
miraban los discípulos a la cruz, como un fracaso. Los que crucificaron a Jesús
pensaban que acababan con él, con su Reino, pero es precisamente por medio de
la cruz como despunta el Reino de Dios. El pasaje de San Lucas es genial, Es
toda una clase de ironía. El Mesías, el elegido, el Rey nos está salvando, con
su obediencia amorosa está venciendo al mal para siempre. ¿Recordáis en la
película de la Pasión como grita de rabia Satanás al morir Jesús?
Esto debemos tenerlo presente siempre. El mal está
vencido. Es verdad que la serpiente actúa y mete su cola de división, y nos tienta
con el engaña y a veces lo consigue, pero son sus últimos coletazos. Está
vencido y él lo sabe. El Reino de Dios, la transformación del mundo es algo
imparable porque es obra de Dios. La humanidad puede poner trabas a su desarrollo,
Dios recalcula la ruta como los GPS cada vez que nosotros nos equivocamos y
cogemos un camino equivocado. Él siempre, siempre está abriendo puertas, como
la que le abre al ladrón arrepentido en el Calvario.
¿Cómo podemos colaborar a que siga viniendo el
Reino de Dios? teniendo los mismos sentimientos que nuestro Rey. Sentimientos
en el lenguaje paulino quiere decir actitudes fundamentales. En el corazón de
Jesús los primero son los pequeños y los pobres. Él no es un Rey preocupado de
los primeros y los poderosos. Viene el Reino cuando nosotros vivimos en esta
dinámica. Cáritas nos recuerda que los últimos en nuestra sociedad son los que
no tienen hogar. En concreto este año llama la atención sobre los que no tienen
acceso a la sanidad. Esto está pasando entre nosotros. Si queremos tener
corazón de príncipe o de princesa pongámoslos en el centro para que no se
sientan invisibles. Feliz domingo y bendiciones.Para ver las lecturas pincha aquí.
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