Este Evangelio de hoy nos interpela sobre nuestra
capacidad para compartir. El estilo cristiano de solidaridad no es un mero
voluntariado que hago cuando me sobra tiempo y en lo que me gusta. Se trata de
compartir lo mío, lo que yo necesito, lo que me es imprescindible, porque la
solidaridad cristiana no es un mero sentimiento superficial sino una
determinación por el bien común, pensar en los demás antes que en mí, tratar de
vivir descentrado de mí mismo. Ayer decía el Papa que Cristo está en el centro
de la Iglesia, cuando está en el centro somos capaces de poner a los demás en
el centro sin dificultad. Feliz día y bendiciones.Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario