No sé si conocéis a alguien que esté haciendo
ejercicios espirituales o los vaya a hacer.
Este tiempo de verano es muy propicio para ir al desierto y dejar que
Dios nos hable al corazón. Y dejarnos seducir por él. Todos debemos reservar un
tiempo y un dinero a estas experiencias. Yo me voy a Taizé el día 21 de julio.
Y estoy ya deseando vivir esos días de oración y contemplación con los jóvenes
y la comunidad. Mi corazón está ya haciendo chispas. Si todavía no has programado tu desierto estás
a tiempo, búscalo. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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