Ante Jesús nadie es indiferente. Unos se admiran de
su autoridad y dicen que no han visto cosa igual, otros, en cambio tergiversan
esa autoridad y dicen que viene del maligno. Y mientras Él no deja de predicar
y el extravío no le provoca ira sino
compasión. Nosotros a veces no nos compadecemos de los despistados sino que nos
quejamos de ellos “Ay que ver cómo está la juventud”. Y es que faltan pastores.
¿Rezamos por las vocaciones? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario