Terminamos el mes de María con esta fiesta que se solapa con la Jesucristo
Sumo y Eterno sacerdote. Esta fiesta si
lo miramos bien es muy sacerdotal. María ejerce la triple misión sacerdotal. Es
profeta porque proclama las maravillas de Dios con su cántico. Es sacerdote
porque hace presente a Jesús en su seno en casa de Isabel, es un protosacramento.
Y es rey-servidor porque va a ayudar a su anciana prima. Recibamos a María en nuestra casa llenándonos
de alegría nada más oír su saludo, y digamos como Isabel «¿Quién soy yo para
que me visite la Madre de mi Señor?». Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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