Es curioso el contraste de la liturgia de la octava
de Navidad. Hoy celebramos al primero de los mártires, de los testigos de
Jesucristo hasta dar la vida por él.
Esteban actúa movido por el Espíritu Santo. Es un ejemplo de lo que
Jesús dijo. El Espíritu pone las palabras oportunas para dar testimonio, no
para defendernos. El Espíritu no viene a librarnos de la persecución sino a poner
las palabras que útiles para dar
testimonio. Viene a liberarnos del peor
enemigo que no es el que nos persigue sino el miedo que nos impide hablar. En
la lucha entre la luz y las tinieblas muchos caerán pero caerán dando
testimonio y es así como la luz vence y se extiende. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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