domingo, 25 de diciembre de 2011

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR


Hace unos días escuchaba en una tertulia de la radio que todas las religiones predican el amor, la paz y la justicia pero que ninguna vive lo que predica. Ante esta afirmación me preguntaba ¿Es esto así? ¿De verdad los cristianos no hemos puesto luz en este mundo? ¿Sería el mundo el mismo sin las comunidades cristianas que hasta los confines de la Tierra hoy celebran la Navidad? ¿Sería este mundo el mismo sin Jesús? Yo creo que no. En un villancico del último álbum de Migueli con música para niños dice “el día que nació Jesús comenzó el contar los años”. Vivimos en la Era cristiana. Esto no es simplemente el fruto del poder del papado. Es un signo más de que vivimos en la última de la “Edades del Mundo”. Si leemos la historia de esta etapa sin prejuicios ideológicos descubriremos que el cristianismo ha ayudado a disipar muchas tinieblas.

Pero también es verdad que muchos no han conocido a Jesús, no lo han acogido como Verdad de sus vidas. Hay mucho sufrimiento fruto de personas que actúan o no actúan como sería de esperar de sujetos con dignidad humana. Incluso muchos de los suyos no lo han acogido verdaderamente. Estremece escuchar las cifras de los abusos sufridos por menores en Irlanda en instituciones católicas. Son miles de hombres y mujeres que, si no han encontrado la ayuda adecuada, seguramente vivirán una vida afectiva caótica. Es verdad que hay todavía muchas tinieblas en el mundo y no podemos rezar el salmo 97 con tono de triunfalismo. Pero como me recordaba el otro día una joven “soy soldado de Cristo”.  Luchamos en el bando vencedor, la luz ha vencido a las tinieblas y podemos perder batallas pero la guerra está ganada.

La batalla contra las tinieblas tiene lugar dentro de cada uno de nosotros, en nuestro entorno más inmediato, en la sociedad donde vivimos. Me agradó a anoche escuchar al Rey hablar sobre la crisis de valores que estamos padeciendo. Decía que tenemos que hacer balance sobre lo que está sucediendo para ver lo que cada uno y la sociedad en su conjunto ha hecho mal. Nosotros, que cada día somos iluminados por la Palabra, podemos ser testigos de la luz. Podemos iluminar la conciencia social de nuestra democracia enferma. No nos cansemos de proponer un estilo de vida cristiano alternativo. En otros momentos de la historia el cristianismo ha ayudado a salir de las tinieblas, este es nuestro momento. ¡Feliz Navidad! Para ver las lecturas pincha aquí.

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