
Necesitamos pastores. Esto es lo primero que suscita la Palabra de Dios en este día precisamente jornada electoral, hoy elegimos a los que pastorearán nuestro país en los próximos años. Sin pastores estamos perdidos. No sólo necesitamos normas, el imperio de la ley que es la democracia, sino personas que encarnen esas leyes y sean un referente para la sociedad. Esta es una de las cosas que más llamaba la atención en la JMJ: que tantos miles de jóvenes aceptaran el pastoreo de un anciano. Precisamente la juventud, que es la etapa de la vida más rebelde, y en una sociedad, por lo menos la occidental, en la que hay una crisis seria de autoridad.
Yo mismo seré vuestro pastor. Ezequiel escribía estas palabras después de la estrepitosa crisis de la monarquía en Judá. Nosotros no queremos vivir en una teocracia con representantes de Dios, investidos de su poder. Sí que hacen falta cristianos que encarnen los valores del Reino y sean guías de otros. Padres verdaderamente cristianos que no declinen en su tarea de trasmitir la fe. Educadores que se atrevan a proponer contravalores. Profesionales que proyecten con visión cristiana. Religiosos que den testimonio de una vida según el reino. Obispos y sacerdotes imbuidos de caridad pastoral.
En toda religión hay mediaciones: templo, culto, escritos, sacerdocio… en el cristianismo hay una mediación nueva: el hermano. “Conmigo lo hicisteis” es una máxima que ayuda a discernir la autenticidad de cualquier proyecto cristiano. Nuestro Pastor nos manada amarnos unos a otros. Lo amamos a través del otro, pero especialmente en el hermano necesitado. Ayer daba las gracias a los enfermos que visito en un Hospital porque no sólo les llevo al Señor, sino que ellos también me dan al Señor, lo encuentro en ellos. Seguimos la estela de Francisco de Asís, Juan de Dios, Vicente de Paul, Teresa de Calcuta… que vieron al Pastor en las ovejas más débiles.
Pasemos al banquete del Rey. El banquete de la fraternidad. La fiesta del triunfo de la Vida y la justicia. En tiempos de tantos nubarrones, no dejemos de celebrar que Jesús reina y ya ha vencido al maligno. Y que nosotros estamos en esa lucha en el bando vencedor. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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