Sólo una cosa es necesaria. En mi Diócesis andamos preocupados porque cada vez somos menos sacerdotes para atenderlo todo. Y andamos inquietos y nerviosos en muchas cosas. Por muchas tareas que tengamos yo he ido descubriendo que no puedo servir sin primero ponerme a los pies del Señor para escuchar su Palabra. Y así lo hago, cada mañana me siento a los pies de Jesús y abro mi oído de discípulo. Si no lo escucho puedo terminar como Marta, no sólo haciendo lo que yo vea mejor desde mi propio punto de vista, sino diciéndole a Jesús lo que tiene que hacer, es decir, no sirviendo sino dominando. Pidamos hoy a San Francisco que interceda por nosotros para que seamos servidores de la Palabra. Feliz día y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario