Sigue Jesús instruyendo a los Apóstoles que ha elegido y va a enviar. Les llama la atención sobre la astucia con la que han de actuar pues van como ovejas entre lobos. Me quiero detener en la frase que subraya el leccionario: “No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre”. En el diálogo con el “Mundo”, con los que se nos oponen, tenemos que usar un lenguaje asequible, entendible, pero nuestros argumentos no pueden ser del mundo, sino los argumentos de Dios. Creo que a veces nos falla el lenguaje y no conectamos (nos ven como de otra época) y otras veces nos fallan los argumentos, empleamos nuestras teorías, nuestra ideología pero no la sabiduría de Dios. Y no damos testimonio de Dios, del Dios de Jesucristo que es Padre misericordioso. ¿Dejo hablar al Espíritu? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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