En el cántico del Siervo que leemos en torno a la Pasión hay nos versículos del capítulo 50 en los que se refleja muy bien la audacia del Siervo que ofrece el rostro como pedernal “Tengo cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí?” Jesús vivía la persecución confiado en este Defensor. Vivir la persecución de esta manera es un testimonio inmenso de fe que desarma a los que no conocen a Dios. Esteban cuando era apedreado dice el texto que su rostro les parecía el de un ángel. Pidamos unos por otros esta fe en el Defensor. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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