Amar a Jesús es guardar su Palabra. Es una de las dimensiones de la relación con el Resucitado. Los católicos en esto todavía tenemos un camino que recorrer. Dice Jesús que si guardamos su Palabra se nos revelará, y Él y el Padre arán morada en nosotros. Este guardar no es sólo “vivir de acuerdo” el “cumplir” la palabra, tampoco es un mero recordar como si fuéramos un disco duro donde está grabada la Palabra de Dios. Yo entiendo guardar como la lámpara del templo que arde constantemente. El mantener en nosotros, por la acción del Espíritu Santo, viva la presencia de Jesús Verbo encarnado, conservar un fuego encendido. Es como el “si quiero” de los esposos que ha de guardarse no como un mero recuerdo sino como una palabra viva que condiciona toda la existencia. Feliz día y dendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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