El Señor paga bien, siete veces más. Eso no nos lo da ningún banco ni ningún inversor en los tiempos que corren. Claro que para ganar en la bolsa hay que arriesgar. No nos podemos presentar ante él con las manos vacías. Y el sacrificio que más agrada al Señor es el de acción de gracias. Además, Dios no se deja sobornar La cuestión es qué pierdo yo por ser Discípulo del Señor, qué dejo para seguirle ¿Qué arriesgo yo? Feliz día y bendiciones. Para ver las elcturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario