
El cuarto domingo de Adviento de2009decía en el Ángelus el Papa: “Hoy, como en los tiempos de Jesús, la Navidad no es un cuento para niños, sino la respuesta de Dios al drama de la humanidad en búsqueda de la paz verdadera”.
Cuando muchos en esta noche han buscado su propia felicidad incluso con amuletos, y prácticas supersticiosas, los cristianos empezamos el Año deseando al mundo entero un año de bendición.
Hemos rezado “conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación”
Este primer día del año celebramos la octava de Navidad, la Solemnidad de Santa María Madre de Dios y la Jornada Mundial para la paz.
En el Mensaje del Papa de este año leemos: “La paz es un don de Dios y al mismo tiempo un proyecto que realizar, pero que nunca se cumplirá totalmente. Una sociedad reconciliada con Dios está más cerca de la paz, que no es la simple ausencia de la guerra, ni el mero fruto del predominio militar o económico, ni mucho menos de astucias engañosas o de hábiles manipulaciones. La paz, por el contrario, es el resultado de un proceso de purificación y elevación cultural, moral y espiritual de cada persona y cada pueblo, en el que la dignidad humana es respetada plenamente”.
El mansaje del Papa para este año gira en torno a la libertad religiosa. Los cristianos son el grupo religioso más perseguido en la actualidad. Se calcula que son unos 200 millones en 60 países. Todos recordamos la masacre en la catedral de Irak a finales de octubre. Las últimas noticias hablan de 500 muertos en Nigeria. En Asia la sangría es constante.
Dice e3 Papa:” Muchos sufren cada día ofensas y viven frecuentemente con miedo por su búsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa. Todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; además es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realización de un auténtico desarrollo humano integral”.
Benedicto XVI expone que la libertad religiosa respetada y promovida por los estados es un medio de progreso. El laicismo feroz que niega la realidad religiosa y el fanatismo que la impone son los dos extremos que hay que evitar.
Nosotros vivimos en uno de los países donde el laicismo intolerante crece con preocupación solo hay que ver los conflictos que ya se dan a la hora de felicitar la navidad: que si poner una tarjeta laica que si decir fiestas en vez de navidad… debemos ser tremendamente respetuosos con los que conviven con nosotros y profesan otras religiones y a la vez no ceder terreno en la vida pública en todo lo que representa presencia social de la fe. Seamos constructores de paz desde esta perspectiva de la libertad religiosa.
Somos parte de la humanidad que busca una paz verdadera como dice el Santo Padre. Como esos pastores que corrían al portal a ver al niño que los ángeles les habían anunciado. Ese Niño está en brazos de una mujer hebrea, María de Nazaret, La Madre del Señor como la llamó su prima Isabel, la que es dichosa por creer la Palabra de Dios y a la que felicitamos todas las generaciones. Es la Madre del Hijo de Dios, engendrado desde la eternidad y nacido en el tiempo de sus entrañas purísimas. María Reina de la Paz que has traído al Mundo al que nos rescata de la ley del odio intercede por nosotros en este Año que comenzamos bajo tu dulce mirada. Feliz año a todos lleno de bendiciones.
Cuando muchos en esta noche han buscado su propia felicidad incluso con amuletos, y prácticas supersticiosas, los cristianos empezamos el Año deseando al mundo entero un año de bendición.
Hemos rezado “conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación”
Este primer día del año celebramos la octava de Navidad, la Solemnidad de Santa María Madre de Dios y la Jornada Mundial para la paz.
En el Mensaje del Papa de este año leemos: “La paz es un don de Dios y al mismo tiempo un proyecto que realizar, pero que nunca se cumplirá totalmente. Una sociedad reconciliada con Dios está más cerca de la paz, que no es la simple ausencia de la guerra, ni el mero fruto del predominio militar o económico, ni mucho menos de astucias engañosas o de hábiles manipulaciones. La paz, por el contrario, es el resultado de un proceso de purificación y elevación cultural, moral y espiritual de cada persona y cada pueblo, en el que la dignidad humana es respetada plenamente”.
El mansaje del Papa para este año gira en torno a la libertad religiosa. Los cristianos son el grupo religioso más perseguido en la actualidad. Se calcula que son unos 200 millones en 60 países. Todos recordamos la masacre en la catedral de Irak a finales de octubre. Las últimas noticias hablan de 500 muertos en Nigeria. En Asia la sangría es constante.
Dice e3 Papa:” Muchos sufren cada día ofensas y viven frecuentemente con miedo por su búsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa. Todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; además es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realización de un auténtico desarrollo humano integral”.
Benedicto XVI expone que la libertad religiosa respetada y promovida por los estados es un medio de progreso. El laicismo feroz que niega la realidad religiosa y el fanatismo que la impone son los dos extremos que hay que evitar.
Nosotros vivimos en uno de los países donde el laicismo intolerante crece con preocupación solo hay que ver los conflictos que ya se dan a la hora de felicitar la navidad: que si poner una tarjeta laica que si decir fiestas en vez de navidad… debemos ser tremendamente respetuosos con los que conviven con nosotros y profesan otras religiones y a la vez no ceder terreno en la vida pública en todo lo que representa presencia social de la fe. Seamos constructores de paz desde esta perspectiva de la libertad religiosa.
Somos parte de la humanidad que busca una paz verdadera como dice el Santo Padre. Como esos pastores que corrían al portal a ver al niño que los ángeles les habían anunciado. Ese Niño está en brazos de una mujer hebrea, María de Nazaret, La Madre del Señor como la llamó su prima Isabel, la que es dichosa por creer la Palabra de Dios y a la que felicitamos todas las generaciones. Es la Madre del Hijo de Dios, engendrado desde la eternidad y nacido en el tiempo de sus entrañas purísimas. María Reina de la Paz que has traído al Mundo al que nos rescata de la ley del odio intercede por nosotros en este Año que comenzamos bajo tu dulce mirada. Feliz año a todos lleno de bendiciones.
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