viernes, 31 de diciembre de 2010

30 diciembre

Ana era una de esas mujeres que han salido del mundo para estar en las cosas de Dios. Doce años después Jesús dirá a su Madre algo así en este mismo lugar. Los que consiguen desasirse del mundo entran en la onda de Dios y como Ana captan las mociones del Espíritu. Ella supo reconocer en aquel bebé al Mesías. Ayer conocí al niño de unos amigos que no tiene ni dos semanas y la verdad, lo que se contempla es todo fragilidad. Yo también quiero mirar como Ana y ver más allá de las apariencias y no quedarme en lo fuerte y bello que el mundo me muestra y que no tiene futuro, que perece. Feliz día y bendiciones.

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