Dice el Evangelista que todo el pueblo estaba pendiente de sus labios. Como los esclavos están pendientes de los labios de sus señores. Como el salmista que dice que ansía los preceptos del Señor. Y el vidente del Apocalipsis dice que se comió el libro. Jesús dice que su alimento es hacer la voluntad del Padre. Cada mañana cuando me dispongo a orar con la Palabra reconozco que es un desayuno muy especial. Agridulce, ciertamente, es consuelo y es medicina que a veces duele al curar. ¿Cómo es mi relación cotidiana con la Palabra? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas: http://www.archimadrid.org/oracionyliturgia/2010/11/19/19112010-viernes-de-la-33%c2%aa-semana-de-tiempo-ordinario-2/
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