Trabajo en un hospital de paliativos y terminales. Ayer me decían: ¡Que triste! ¿no?. Pues no, no lo es, en medio de tanto dolor y sufrimiento ponemos un canto de esperanza y encendemos la luz de la fe en la vida eterna. Eso sí, no la vida eterna NEW AGE que algunos tienen en su cabeza sino los brazos de un Padre misericordioso. El mismo que resucitó a su Hijo Jesucristo de entre los muertos que también nos resucitará a nosotros. Vivamos este día en comunión con nuestros difuntos. Encendamos esta luz hoy allá donde vayamos. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas: http://www.archimadrid.org/oracionyliturgia/2010/11/02/02112010-martes-de-la-31%c2%aa-semana-de-tiempo-ordinario-fieles-difuntos-2/
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