Me ha encantado el primer versículo de la lectura de los Proverbios,
que el Señor guía como una acequia el corazón del Rey. En el lenguaje de la
Biblia en el corazón reside la voluntad. Para nosotros tiene que ver más con el
plano de los afectos. La familia es el círculo más íntimo de nuestras
relaciones. Donde somos queridos incondicionalmente y no usamos máscaras. Jesús
aprovecha que lo buscan sus parientes para hablar de una nueva familia, la
fraternidad que se forja en torno a la Palabra. Cuando escuchamos la Palabra y la
guardamos en el corazón (como María su madre), nuestra voluntad se va dejando
guiar, como la acequia en la tierra con la azada, y aprendemos a querer como
hermanos a los que no son de nuestra sangre. Y nuestro amor (el agua que corre)
no se queda en el círculo familiar. Demos gracias al Señor por los hermanos que
nos regala. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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