Cuando leo la Palabra pienso mucho en la tarea de
la evangelización, en la Misión, en lo que traemos entre manos. Dice Jesús que
nadie va a él si el Padre no lo atrae, y esa atracción viene por la escucha la
Palabra y aprende. Esto de la atracción me llama mucho la atención. ¿Porque hay
personas que se sienten atraídas por Dios y otras no? O dicho de otro modo, hay
personas que están receptivas a la buena noticia y otras que no lo están.
Nosotros, como Felipe, vamos por los caminos con el imán en marcha. Ese imán en
marcha es llamada a tofos y puertas abiertas. Si notamos que alguien es atraído
como este etíope, nos paramos con él y le ayudamos a descubrir a Jesús. Con los
que no hay receptividad no nos emperramos y los dejamos seguir su camino. En
esa caravana Felipe se paró sólo con uno, no con los demás. Esa es la clave: invitación a todos, predicación a los receptivos. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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