Es sorprendente el coraje de Moisés que se pone en
la brecha frente a Dios para que no se dejara llevar por su cólera. Dios le
propone ser padre de un nuevo pueblo. Pero Moisés, que ama verdaderamente a
Dios, no quiere su propia gloria, sino la de Dios, que él sea amado. Jesús
habla con dureza de ese darnos gloria unos a otros. La arrogancia consiste en
arrogarnos lo que no nos pertenece. Hay arrogancias terribles como la de
decidir si alguien puede llegar a nacer o no, y otras más sencillas como
decidir si tú eres de mi grupo o no. Analicemos hoy que arrogancias hay en
nosotros y despojémonos de ellas, y demos gloria al único que la merece. Feliz
día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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