Dios no se fija en las apariencias, es la enseñanza
fundamental del texto de la elección de David. Dios mira al corazón, él sabe lo
que hay en nosotros, no lo podemos engañar. También Jesús previene sobre la
vivencia externa y ritualista del sábado, para guardar las formas. Esto es algo
que me hace mucho daño. Cuando rasco y descubro que alguien no actúa con
franqueza me llevo mayor decepción que cuando me muestran con claridad la
maldad. Es una tentación en la que podemos caer fácilmente. Despojémonos de
falsas apariencias, mostremos con humildad quienes somos, no tengamos miedo.
Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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