Llama la atención en la parábola que se pase de los
invitados y se llene la sala de todos los que se encuentran por los caminos, es
decir una actitud de acogida y apertura total, y luego se expulse a uno porque
no lleva el traje de fiesta. ¿Tan importante es la etiqueta? ¿Iría este a la
boda con el traje del funeral, con el luto? Los comentaristas relacionan este
texto con el traje de fiesta que el Padre pone al hijo que vuelve a casa (Lucas
15), y se habla también de la vestidura blanca del recién bautizado. Yo lo voy
a interpretar de una forma más actual, mas “Franciscana”. Este traje es la
actitud en la Iglesia, en el banquete. Es esa actitud de estar dispuestos a
hacer fiesta, a contagiar alegría, a poner ante los demás nuestra mejor cara.
Porque no podemos ir por la vida con cara de funeral. ¿Qué cara vas a poner hoy tú a la vida? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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